Los hijos, por latosos que se vuelvan,  son siempre una bendición de Dios. Espero que estemos todos de acuerdo  en eso. ¿Te acuerdas cuando te nació tu primer hijo? ¿o tu segundo? ¿o  tu tercero? En ese momento, ¿apoco no quisiste ofrecerle a esa criatura  lo mejor de ti mismo, lo mejor que tenías? Claro que sí.Todos queremos  lo mejor para nuestros hijos. 
Por eso, le compraste ropa para que no  pasara frío. Le diste de comer para que no chillara por el hambre.  Luego lo llevaste al medico a que le pusieran las vacunas para que no se  enfermara con el sarampión o la tifoidea. Y todo ese tiempo, mientras  el niño iba creciendo, tú le enseñaste a hablar tu lengua, a obedecer  las reglas de tu hogar y a conocer las buenas costumbres de tu casa.  ¿Por qué? Porque al hijo hay que dárselo todo. 
Antes de hacer todo eso para tu hijo,  ¿tú se lo preguntaste? ¿Te preocupaste siquiera por si tu hijo iba a  querer vestirse así, comer eso que le dabas, sentir o no el pinchazo de  la vacuna, aprender español o quizá mejor otra lengua, vivir en la casa  tuya o en otra más bonita, etc...? Supongo que no. (Ya estarás diciendo,  Ay padrecito, ¡qué preguntas mástontas!) De acuerdo. Pero permíteme una  última pregunta tonta: ¿llevaste tu hijito a la Iglesia a bautizar?  ¿Sabes lo que me dijo una señora? "Ah, eso sí que no. Yo no quiero  obligar a mi hijo a que tenga ninguna religión. Cuando él sea grande que  la escoja él como quiera." 
¡Qué actitud máscontradictoria! 
Cantidad de cosas que "imponemos" a  nuestros hijos por su bien (salud, lengua, hogar, educación) y lo más  valioso, lo que másnecesitamos en la vida, nuestra fe católica, ¡no se  la quiere dar! 
¿Te imaginas si esa señora dijera lo  mismo sobre la educación de su hijo? "Ay, no. Yo no lo meto en ningún  colegio. Que él escoja cuando sea grande si quiere estudiar o no." 
A nadie se le ocurre. Sería mucha irresponsabilidad de los papás. 
¡Si amamos a nuestros hijos tenemos que darles tambiénnuestra fe! Y el primer paso es el bautismo. 
Hay muchas sectas, sobre todo ’los  bíblicos’, que nos dicen a los católicos que hacemos mal en bautizar a  nuestros hijos apenas que han nacido. Dicen que en primer lugar, eso de  bautizar a los niños no está en la Biblia. En segundo lugar, el bautismo  es sólo un símbolo de nuestra conversión y de que hemos aceptado a  Cristo como nuestro salvador: un niño no puede hacer eso porque no tiene  pecados y porque no entiende lo que es aceptar al Señor y no lo puede  hacer libremente.. Por eso el bautismo sólo vale para los adultos. 
¿está en la Biblia? 
En su conversacióncon Nicodemo dice  Jesús que "El que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el  Reino de Dios" (Jn.3,5) Fíjate que no dice "sólo los adultos" ni  "excepto los niños". Antes de irse al cielo Jesús dice a sus apóstoles:  "Id y haced discípulos míos de todos los pueblos, bautizándolos en el  nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt.28, 19). 
Aquí dice a todos, sin excluir a nadie. 
Dado que Cristo manda a todos a que se  bauticen si quieren entrar en el cielo, sin distinguir entre grandes y  pequeños, el reto realmente no es que los católicos tengamos que probar  que el bautismo de niños esté permitido porque ya está incluido en ese  "todos" de Jesús. Más bien el problema es de los evangélicos. Que nos  digan dónde está prohibido en la Biblia el bautismo de los niños. 
No sólo no se prohíbe. Vemos que la Biblia nos indica que así se hacía desde los primeros tiempos. 
En el libro de los Hechos de los  Apóstoles podemos escuchar las palabras de San Pedro a la muchedumbre en  el mismo día de Pentecostés: "Arrepiéntanse, y que cada uno se bautice  en el nombre de Jesucristo para el perdónde sus pecados; entonces  recibirán el don del Espíritu Santo. Esta promesa es para Uds. y para  sus hijos y también para todos los extranjeros que llame el Señor Dios  Nuestro." (Hechos 2,38-39) 
Ni el mandato de bautizarse, ni la promesa de Cristo está restringida a los adultos. 
La Biblia nos narra por lo menos  cuatro ocasiones en las que San Pablo bautizó afamilias enteras: al  carcelero y a su familia en la madrugada (Hechos 16,33); al centurión  Cornelio y a los suyos (Hechos 10,48); a Crispus, el oficial de la  sinagoga y su familia (Hechos 18,8); y a Estéfano y toda su casa como  Pablo nos cuenta en (1Cor.1,16). 
Se ve que el bautizo de familias  enteras era una práctica común entre los primeros cristianos. Es difícil  imaginar que ninguna de esas familias tuviera niños. 
En Col.2,11-12 Pablo hace una  comparación entre la circuncisión de los judíos y el bautismo de los  cristianos. Los judíos circuncidaban a los niños como iniciacióna la fe  de sus padres. Es del todo razonable pensar que la misma práctica pasó  al cristianismo con el bautismo. 
pero, ¿si los chiquitos no pueden pecar? 
Preguntan ¿por qué hay que bautizar a un niño si no es capaz de pecar? 
En primer lugar todos nacimos en  pecado, y segundo, el bautismo no es solamente para el perdón de los  pecados. La necesidad de bautizar a los niños se ve por los efectos que  el bautismo tiene en el alma. El bautismo "sella" el alma con un signo  indeleble de pertenencia a Cristo.  Cuando bautizamos a nuestros hijos  los consagramos a Dios y El los recibe como sus hijos. Aunque después en  su vida el cristiano pecara gravemente o negara su fe, el sello de  Cristo permanece. ¿Apoco un niño no puede pertenecer también a Cristo? 
El bautismo nos libra del pecado  original (la culpa que heredamos de Adán y Eva) y de los pecados  personales. Sabemos que nadie puede entrar al cielo en estado de pecado.  Cristo vino a la tierra precisamente para redimirnos del pecado.  ¿Podemos negarle a un niño esa redención? 
Por el bautismo nos incorporamos a la  vida de la Iglesia, nos hacemos miembros de la gran familia de Dios en  la tierra. Así también nos abrimos a todos los beneficios espirituales y  humanos que Cristo ha dado a la Iglesia que él mismo fundó.Los niños  también tienen su lugar en esta familia. 
La fe es un proceso de crecimiento que  inicia con el bautismo. Ciertamente se requiere el esfuerzo, el estudio  y la voluntad del individuo para perseverar, pero el bautismo comienza  la vida de la gracia en nuestra alma, y esa gracia es para todos. 
Por otro lado, la tradición de no  bautizar a los niños comenzó en la Edad Media con sectas como los  Valdenses, los Albigenses y, más tarde, los anabaptistas. Hasta aquel  momento la práctica universal no excluíaa los niños del derecho de  bautizarse. 
¿Te acuerdas de lo que dijo Jesús a los que querían parar a los niños que fueron corriendo a saludarle? 
"Dejen que los niños se acerquen a mí yno se lo impidan; porque de los que son como éstos es el Reino de los cielos."(Mt.19,14) 
Recuérdeselo a nuestros hermanos sectarios cuando te digan que no bautices a tus hijos. 
 

 


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