EFICACIA Y PODER DE LA CRUZ
«Ahora quiero hablar del secreto de la cruz.
Nadie debe objetar: "Si Cristo debía tomar la muerte sobre sí,
¿por qué una muerte tan deshonrosa e ignominiosa?,
¿por qué no una muerte que hubiese llevado consigo gloria?".
Yo al menos sé de muchos que se espantan ante el nombre de la cruz
y por tanto vuelven las espaldas a la verdad,
siendo que la cruz tiene un significado profundo y un gran poder.
Puesto que Cristo fue enviado precisamente para abrir a
los más pequeños el camino de la salvación,
él se humilló a sí mismo para salvar a los humildes.
Por eso tomó sobre sí aquella clase de muerte que se suele
infligir a los humildes,
para dar a todos la posibilidad de la imitación.
Y puesto que él había de resucitar de nuevo, por eso
no se debía mutilarle ninguna parte del cuerpo,
ni ser roto ningún hueso,
como sucedía en la ejecución mediante la espada.
Así la cruz ofrecía la ventaja de salvaguardar el cuerpo
para la resurrección sin mutilar los huesos.
A esto se añade la circunstancia de que Cristo
debía ser levantado
Pero la cruz le ha levantado, en la realidad y en la apariencia,
hasta tal punto que, al mismo tiempo que su pasión,
su grandeza y su poder se han hecho manifiestos a todo el mundo.
Al extender sus brazos en la cruz,
ha extendido sus alas sobre el oriente y el occidente,
para que bajo estas alas se reúnan para descansar
todos los pueblos de ambas partes del mundo.
Pero cuán grande sea la eficacia y el poder de esta señal,
aparece claramente cuando todo el ejército de demonios es
perseguido y arrojado mediante esta señal.»
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