12 de diciembre de 2010

Poesía de Navidad


Tanto…
  Tanto arrulla el tiempo a la vida,
   que se olvida,
entre tanto adherirse a las cuestiones terrenas
de mirar de tanto en tanto hacia el cielo.
Darse cuenta, que es escaso
el paso de nuestra existencia;
entre los atajos de la abundancia
o la pobreza.
 
Levantemos la mirada para que se filtren
esperanzas de luz sobre nuestras cabezas,
mientras transitamos
el ascenso al camino de lo eterno.
Que esta Navidad destelle en lo incomprensible
para que creamos que vivir merece el arrojo;
así como sonreír,
entre la adversidad que nos asesta
y sólo tengamos ojos para el Altísimo
que paciente nos espera.
 
Unquillo, Córdoba,Navidad 2010
Graciela María Casartelli
 

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Por qué le quiero

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en esa cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

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