25 de diciembre de 2010
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La Biblia
Por qué le quiero
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
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el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
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Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en esa cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
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clavado en esa cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
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Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
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que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
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No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
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